domingo

AUTÉNTICA DESCENTRALIZACIÓN, PRIORIDAD EN LA AGENDA

Escribe: Pedro Morales Mansilla.

La auténtica descentralización continúa siendo un reto, aspiración interpretada en la octava política de Estado del Acuerdo Nacional, cuyo proceso, siendo gradual, no debe detenerse; requiere fortalecerse con acciones precisas y urgentes del nuevo gobierno, a fin de mejorar su conducción y viabilidad, de lo contrario, los objetivos de la inclusión social y la distribución equitativa de la renta nacional, seguirán inalcanzables.

Es la reforma -en marcha- más importante del Estado y debe considerársele en la Agenda para los primeros cien días. Su avance requiere voluntad política -ausente en el gobierno aprista-, que se exprese reconociendo la autonomía y capacidad de los niveles de gobierno para diseñar y ejecutar políticas sub nacionales sin el tutelaje del nivel central, y que la transferencia de recursos y competencias, dispuesta por normas preexistentes a julio de 2006, debe acompañarse, prioritariamente, por desarrollo de capacidades y valuación del costo de los servicios a transferirse.

Sobre descentralización, el Plan de Gobierno de Gana Perú identifica “dos grandes problemas que se resumen en la desconexión entre la administración gubernamental del Estado y la ocupación efectiva del territorio; y en la relación compleja entre la administración central y la administración regional y local”, destacando la necesidad de “reorganizar” el CND, cuando no está vigente; el documento “Lineamientos Centrales de Políticas para un Gobierno de Concertación Nacional” presentado para la segunda vuelta, señala aspectos controversiales, como el que se refiere a la creación de un Consejo Económico-Social que competiría con el Acuerdo Nacional. Ambos requieren mayor análisis.

Para no detener el proceso y encausarlo en el sentido de las propuestas electorales dentro de los cien primeros días, Ejecutivo y Legislativo deben darle al país una Ley de Ordenamiento y Demarcación territorial que ya tiene iniciativas legislativas en debate; así como nuevos y razonables plazos para la creación y demarcación de regiones que no obedezcan a las jurisdicciones departamentales; y una Ley de Descentralización Fiscal en base a la Propuesta Técnica elaborada al amparo de la Ley 29465, por los tres niveles de gobierno, alcanzada hace medio año a este Congreso.

Así mismo, la Ley que restituya en el Consejo Directivo del CEPLAN la representación municipal, las normas que deroguen o modifiquen los dispositivos legales, formalmente cuestionados por los gobiernos sub nacionales, por debilitar o impedir el desarrollo de la descentralización, lo que se complementaria con medidas administrativas como disponer la evaluación y relanzamiento de la transferencia de competencias, previa culminación de la elaboración de la Matriz de Competencias.

Revisar los efectos del DS 044-2011-PCM, priorizando los sectores salud y educación, es imperativo; así como urgente, la decisión política para el inmediato funcionamiento del Consejo de Coordinación Intergubernamental y para definir el destino de la Secretaría de Descentralización, que si bien es cierto, asumió la conducción y el monitoreo del proceso con mejor eficacia que el CND, es preferible que se cuente con un ente autónomo de competencias transversales a todos los sectores y niveles de gobierno del Estado y que su titular tenga voz y voto en el Consejo de Ministros.

Finalmente, se debe perfeccionar el Plan de desarrollo de Capacidades y Capacitación Permanente en función a las necesidades reales de las jurisdicciones de los gobiernos sub nacionales, teniendo en consideración su heterogeneidad; y tomar la decisión de respetar la predictibilidad presupuestal, tanto en el monto de las transferencias como en la oportunidad de su efectivización.
Lima, julio 2011.

jueves

LEALTAD, DOCTRINA Y ACCIÓN.

LEALTAD, DOCTRINA Y ACCIÓN

En el LV Aniversario, inspirados en el mensaje de fundación, los correligionarios conscientes de la necesidad de relanzar, modernizar, abrir el partido y fortalecer su unidad; identificados con los postulados de la corriente interna “Lealtad, Doctrina y Acción”, hacemos público el siguiente


PRONUNCIAMIENTO

Considerando:

Qué; Acción Popular (AP), viene atravesando una crisis que se prolonga y agudiza, principalmente por el personalismo y falta de tino político que caracterizan a los últimos Comités Ejecutivos Nacionales (CEN), cuya mayoría de miembros e incondicionales, pese a la situación que han propiciado, vienen buscando acceder, continuar o rotar en los cargos, impidiendo la necesaria renovación.

Qué; es evidente la escasa o nula participación de AP en el debate de los temas nacionales, regionales y locales, originando desaliento en la militancia y una percepción de pérdida de vigencia en gran parte de la población y medios de comunicación, traslucidos en las bajas votaciones obtenidas en los últimos procesos, así como en el debilitamiento de la estructura partidaria.

Qué; el alejamiento de una transparente práctica de democracia interna, contribuyó a la ausencia de genuinos liderazgos y a una secuela de frustraciones en las bases; las que no identifican una clara conducción política, doctrinaria, principista y con valores. Esto, también desalienta a la juventud que se interesa en conocer e incorporarse al partido.

Qué; la falta de iniciativa para actualizar nuestro lenguaje ideológico-doctrinario, propuestas programáticas y de coyuntura, proyectan la imagen de habernos estancado en el tiempo, a pesar que el Pensamiento Belaunde, permanece demostradamente vigente.

Qué; en la clasificación tradicional de derechas e izquierdas, nuestro natural espacio en el centro político –expresado por el lema “ADELANTE”–, viene siendo ocupado por otras agrupaciones que además toman partes de nuestra propuesta ideológica, confundiendo al pueblo peruano, sin que haya un deslinde oficial sobre ello.


Nos pronunciamos:

Anunciando, que participaremos activamente en el proceso electoral interno convocado, demandando transparencia en los mecanismos electorales y que trabajaremos por una real renovación dirigencial y el rescate de la institucionalidad, la modernización del lenguaje ideológico y programático del Pensamiento Belaunde, la apertura amplia y leal del partido, así como por el reencuentro con los pueblos del Perú.

Expresando, nuestra convicción en la necesidad de un cambio integral en la dinámica interna partidaria, posibilitando la concertación y participación de todas las posiciones que pudiesen existir, como garantía de nuestra decisión de llevar adelante un serio y eficaz proceso de relanzamiento con modernización, objetivo de “Lealtad, Doctrina y Acción”.

Ratificando, nuestra incontrastable lealtad a la institución e ideología partidaria, como principio básico para reactivar su estructura en las zonas urbanas y rurales y ponerla al servicio de la construcción del Perú.

Reafirmando, nuestra línea de conducta honesta, transparente y democrática; la práctica interna de la Ley de Hermandad, proyectándola a poner en valor el programa de desarrollo social más exitoso de nuestra historia: COOPERACIÓN POPULAR, columna vertebral de nuestra condición de partido Nacionalista, Democrático y Revolucionario, comprometido con el Humanismo Situacional, pionero de la revaloración de la Identidad Cultural y la Descentralización.

Expresando, que fieles a nuestra historia y PRESTIGIO MORAL, debemos priorizar sobre los intereses personales, el partidario, y sobre éste, el interés nacional, razón por la cual en la hora actual tenemos que asumir nuestras responsabilidades democráticas con personalidad y autonomía dentro de “El Perú Como Doctrina”, buscando la justicia social con desarrollo en libertad y bienestar para todos, lo que sub sume entre otras, las demandas de inclusión social, equidad y promoción humana.


ACCION POPULAR RESERVA MORAL DE LA POLITICA PERUANA


¡¡¡ AHORA TENEMOS LA OPORTUNIDAD... ES EL MOMENTO DE LA RENOVACIÓN!!!


07 de julio de 1956 – 07 de julio de 2011

PEDRO MORALES MANSILLA; CARLOS GUIBOVICH PEREZ; RICARDO MONTEAGUDO VALDEZ; JESÚS ESCALANTE GODOY; HECTOR MORALES; CARLOS FRANCO PACHECO; JULIO CESAR ABARCA CORDERO; RAFAEL MAYANGA CARLOS; JOSE VENTOSILLA ÑAÑEZ; PEDRO VENTOCILLA OLAYA; RAUL GARCIA ALEMAN; HERNAN PEREZ PISCONTE; MARIA SOLEDAD GUIBOVICH LOZANO; PEDRO MORALES MIRANDA; JOSÉ GÓMEZ VASQUEZ; BLANCA ANDAMAYO FLORES; JESÚS DELGADO AULESTÍA; ALEX CASAS FLORES; ANTONIO PENAGOS VASQUEZ; VICTOR COLINA VEGA; JUAN JOSE ROCHA LOPEZ; CARLA CECILIA GUBOVICH LOZANO; ILICH LOPEZ UREÑA; RAMIRO FERNANDO BARRETO MERCADO; HILDA FLORES CASTILLO; SAMUEL BELZUSARRI RETAMOZO; MELISSA HUAYHUA ALMONACID; LILY PEREZ PICON; MARCOS CRISTOBAL FLORES; …. SIGUEN FIRMAS…

Informes y adhesiones:

http://www.facebook.com/pages/ACCION-POPULAR-LEALTAD-DOCTRINA-Y-ACCION/232409853449177 email: lealtaddoctrinayaccion@hotmail.com TELEFONOS: 2254129 – 4750212 – 3496244 CELULARES: 999023042 – 996366050 - 996591354

MENSAJE DE FUNDACIÓN DE ACCIÓN POPULAR.

Feliz aniversario correligionarios; que esta fecha nos inspire nobles decisiones para relanzar nuestro partido. Es grato transcribir el Discurso Fundacional que pronunciara el Arq. Fernando Belaunde Terry, por la ondas de Radio Libertad, el 07 de julio de 1956. ADELANTE!!!


MENSAJE DE FUNDACIÓN DE ACCIÓN POPULAR

Compatriotas:

Un doble deber, de gratitud y de conciencia, me impulsa a dirigirme nuevamente a la ciudadanía para enjuiciar el proceso electoral que concluye, analizando tanto su resultado numérico –que nos ha sido en apariencia adverso– como su profundo significado cívico que nos hace sentirnos generosamente favorecidos.

Si nuestra meta hubiese sido llegar al gobierno por sus halagos, para satisfacer la vanidad o saciar un afán de mando y de poder, éste sería el momento de nuestra derrota. Si el impulso subalterno de la ambición nos hubiese llevado a la lucha política, ésta sería la hora de las lamentaciones.

Pero cuando es el ideal el que guía y cuando surge del pueblo mismo, pueblo insobornable en cuya rectitud y desinterés está la verdadera fuente de la legitimidad gubernativa, entonces ese ideal no conoce derrota y su fuego, lejos de apagarse ante un revés pasajero tramado en las urnas, se enciende aún más frente a los últimos obstáculos que una era de claudicación y decadencia moral le opone en su camino.

Una nueva fuerza cívica ha surgido en el Perú. ¡Qué importa que no alcance el gobierno si ella ha germinado hondamente en el corazón del pueblo! ¡Qué importa que aparezcan en las ánforas menos adhesiones de papel que las que se han voceado, con vibrantes palpitaciones de vida, en todas las plazas de la República! Las cifras favorecen a la consigna, pero el clamor nacional está proclamando una gran victoria para la espontaneidad. Cifras e ideales: jamás un ideal se estimó en números.

Comentamos, primero la enredada contabilidad de estas elecciones, para ocuparnos, después, como fecunda conclusión de la conquista de la libertad de conciencia que ya se anuncia en el Perú.

Se nos reconoce unos 460,000 votos que no alcanzan a darnos la victoria, aunque quedará para siempre en el misterio la cifra de los que nos han sido arrebatados.

Está en la conciencia pública que nuestra lucha no se ha librado solamente contra las dos candidaturas que se nos oponían. La batalla fundamental la ha presentado el propio Jurado Nacional de Elecciones, dócil instrumento de un gobierno cuya única preocupación es que no le revisen sus actos. Si alguien nos ha arrebatado votos ha sido precisamente ese Jurado sin autoridad moral. Inscribió nuestra candidatura con inaudita tardanza a pesar de haber dado rápido trámite a solicitudes que llegaron después que la nuestra. Sólo en la madrugada del 2 de junio –quince días antes de las elecciones– se nos dio el pase y se aprobó la respectiva cédula de votación. El trabajo de imprimir y la morosa distribución de dichos votos dejó a un tercio del país en manos de nuestros adversarios. El Jurado obtuvo así su primera victoria.

Debiendo inscribirse los candidatos a representaciones diez días antes del acto electoral, dispusimos apenas de cinco días para formar un cuadro de congresistas en los veinticuatro departamentos. En tan angustioso plazo sólo logramos inscribir en doce, privándonos así de su valiosa colaboración para montar el complejo mecanismo electoral en nada menos que la mitad del país. Esta es la segunda victoria del Jurado. En once departamentos en los que no inscribimos candidatos perdemos la elección y en ellos, bajo en benevolente patrocinio del Jurado, el MDP triplica el volumen de nuestros votos, que sin la fiscalización de candidatos parlamentarios es triunfo fácil. ¿Cuál habría sido el resultado si hubiéramos luchado en esos lugares en igualdad de condiciones? ni nosotros ni el Jurado podemos estimarlo; pero es innegable que allí la elección presidencial está moralmente invalidada.

Así se explica que una candidatura que por su volumen electoral debería tener por lo menos setenta representantes en el parlamento sólo obtenga veinticuatro, algunos de éstos malévolamente impugnados en un intento de abrir paso a candidatos repudiados por los pueblos.

Por orden del ministerio del gobierno han sido falseadas las elecciones en los departamentos de Cajamarca, Huánuco, Huancavelica, Apurímac, San Martín, Amazonas y Madre de Dios, en los otros departamentos, a excepción de Lima, Arequipa, Cuzco y Tacna, las autoridades cumpliendo órdenes contenidas en Despachos telegráficos oficiales —alguno de los cuales se ha dado a publicidad con asombro público—, han manejado a su antojo los resultados.

¿Puede creer la ciudadanía que una candidatura fuertemente respaldada que ha hecho cien manifestaciones multitudinarias en todo el país, obtenga 7 votos en uno de sus departamentos? ¿Es acaso admisible que en San Martín aparezcan 1,892 votos a nuestro favor mientras el MDP obtiene 11,908 y la Unificación 8,033? ¿Hay relación en nuestra victoria en la ciudad de Lima y nuestra derrota en proporción de 1 a 9 en Amazonas y de 1 a 20 en Huánuco?.

Así es toda la enredada contabilidad electoral de Jurados notoriamente adversos. Tenemos que aceptar el balance tal como se nos presenta: no vamos a cometer la ingenuidad de nombrar auditores, para que lo revisen los mismos que han aceptado las sustracciones de las que hemos sido víctimas en casi todos los distritos del Perú.

El Jurado Nacional de Elecciones ha conseguido su objetivo: Impedir que gran parte del país se pronuncie a nuestro favor. ¿Puedo yo apelar ante semejante organismo, descalificado moralmente, en el que dá ordenes como en su propia casa el Ministro de Gobierno? De ninguna manera. El único tribunal que yo acepto, en el ambiente de arbitrariedad creado por este régimen es el de la opinión pública y es a él al que apelo. Que el país sea juez; su veredicto es el que importa.

Los 460,000 votos que no han podido negársenos son en todo caso suficientes par probar que hemos congregado la fuerza mayoritaria del país, ya que para superarla ha sido necesario que sumen sus fuerzas el Gobierno, el Apra y el Pradismo, dejando siempre la duda sobre la exacta proporción de sus aportes. Se abre ya el inquietante panorama de una administración maniatada que va a deber su existencia a factores extraños. El dilema que se ofrece al país está entre el caos de un gobierno heterogéneo, de cuestionable base constitucional y la deslealtad de un régimen que para sobrevivir rompa con las fuerzas que subterráneamente lo han constituido. El país no debe olvidar las “hazañas” del Jurado Nacional de Elecciones cuando llegue la oportunidad de revisar este proceso.

Tal es la deleznable base en que va a apoyarse el futuro régimen. Como ignoro la cantidad exacta de los votos que me han sido sustraídos y de los que por acto de autoridad no llegaron a depositarse no estoy en condiciones de confirmar mi derrota ni de ratificar la victoria de mi adversario, aunque es evidente que de haber ocurrido habría sido inútil perseguir, amedrentar y apresar a nuestros personeros en Lima y provincias.

En tan incierta situación, sólo puedo hacer público mi anhelo de que el gobierno que va a iniciarse, cumpliendo las promesas que hiciera 48 horas antes de la elección, restablezca plenamente las garantías para todos los peruanos y se haga acreedor por la obra que realice y los métodos que emplee, de un apoyo público más amplio y espontáneo que el que ha logrado exhibir en este proceso tan lleno de sombra e interrogantes.

El Gobierno ha querido escudarse con la intervención de los Institutos Armados, apelando a su sentido del honor. Es oportuno aclarar que tal intervención se limitó a un acto de custodia y vigilancia en el día mismo de la elección, en que éstos pusieron el celo, la disciplina y la rectitud que me es grato reconocer públicamente. Pero sería una enorme injusticia que las armas nacionales cargaran indebidamente con las graves responsabilidades de los períodos preelectoral y postelectoral, con cuyos turbios procedimientos no han tenido nada que ver. En esas etapas no ha sido el honor de los Institutos Armados el que ha estado en juego, si no la responsabilidad del Gobierno y del Jurado.

Y llegamos ahora a la parte positiva y fecunda de este proceso. Un movimiento espontáneo, renovador, idealista, viril, como el que me ha tocado el honor de dirigir en esta campaña, debe seguir cohesionado convirtiéndose en una fuerza cívica permanente, que se dedique al estudio de la realidad nacional, fiscalice los actos gubernativos e intervenga en las contiendas electorales. Así me los han pedido centenares de compatriotas de todas las regiones y yo siento el claro deber de seguir brindándole mi modesta pero decidida colaboración. Sólo pido a los grupos políticos y personas que me han brindado su generosa adhesión que lo estructuren en la forma más democrática, que alejen, en la posibilidad de todo personalismo en su dirección, que su gobierno se encargue a líderes que se renueven constantemente en el comando y que a mí sólo se me asegure el privilegio de poder confundirme con la multitud que tan hidalgamente me ha acompañado en la contienda.

A la terminación de este proceso renuevo mi fe en le pueblo peruano y le agradezco una vez más el homenaje de la confianza que ha querido depararme sin que medien intervenciones extrañas que opaquen el brillo de su espontáneo y enaltecedor apoyo. El pueblo sólo se ha equivocado en el Perú cuando sus decisiones no han surgido libremente de lo íntimo de su propia conciencia. Cuando se ha lanzado la calumnia para perturbar su juicio han resurgido siempre limpios los hombres que merecieron su afecto. Yo no olvidaré nunca que mi candidatura surgió del pueblo mismo.

Mucho de lo grande que tenemos se lo debemos a la acción popular. Por acción popular llegaron a Sacsayhuamán los inmensos monolitos de sus triples murallas. Por acción popular surgió una ciudad misteriosa y poética en la cumbre de la montaña y se elevaron catedrales sobre los cimientos de los templos paganos. Y es la acción popular perdida en lo remoto del pasado y en la lejanía del porvenir la que lleva a las comunidades indígenas a unirse en el esfuerzo del sembrío y el festejo de la cosecha. Por acción popular ha dado frutos el desierto. Fue la acción popular la que inspiró a Túpac Amaru su sacrificio, a Castilla sus campañas, a Arequipa sus rebeldías. La acción popular se expresó en la montonera pierolista cuyas víctimas morían sin una queja, anónimamente, por un ideal. Por Acción Popular los pueblos apartados de las serranías suplen con su esfuerzo los olvidos y las postergaciones de los gobiernos centralistas y frívolos. Por Acción Popular languidecen las dictaduras y se imponen a los malos magistrados los candidatos auténticos.

La nueva fuerza cívica que se ha opuesto gallardamente a la triple alianza de la consigna, del rezago político del pasado y de un gobierno arbitrario y despótico, tiene también la honrosa característica de su origen netamente democrático. Por eso la llamamos y la llamaremos siempre ACCION POPULAR.

Sabado 7 de julio de 1956.

Horaochotv-Pedro Morales Mansilla.