Señor Director:
Es evidente que el documento de trabajo de investigación congresal filtrado a los
medios, y el análisis de los datos estadísticos de las 5 mil quinientas gracias
presidenciales otorgadas por el gobierno anterior, han puesto extremadamente
excitable al aprismo. No es para menos, tienen claro que indultar y conmutar
penas a narcotraficantes y delincuentes comunes, que cometieron delitos en la
escala de agravados, en tiempos en que la seguridad ciudadana se convirtió en el más acuciante problema que
afrontamos los peruanos, no se hace tan solo por seguir el “camino de la
comprensión” pues ya hay una denuncia sobre soborno.
Su desesperación ha hecho que sus líderes salgan a
atacar y hacerse las víctimas de una supuesta vendetta. Todo esto cuando
todavía no hay nada oficial sobre las investigaciones de la “Mega (comisión)”,
y cuando las instancias competentes no han tocado a fondo otros espacios de
corrupción como EsSalud, programa de
“Colegios Emblemáticos” (identificando a los compañeros “emprendedores”
de la construcción), contratación del impresionante número de services y de
carísimas consultorías para las reparticiones del gobierno, por ejemplo. En su
desesperación, algunos pretenden
confundir a la juventud, cuando se refieren (carta del 8/3/13 La República) al
primer gobierno de Acción Popular como el del “dispendio del belaundismo”, intentando ocultar sus históricos entusiasmos
desestabilizadores, reafirmados en el proceso de revocatoria a la alcaldesa
Villarán.
En tales circunstancias es necesario recordar la
coalición Apro-Odriísta, que se formó para boicotear al Presidente Belaunde,
demócrata de acrisolada honestidad en el manejo de la cosa pública. La historia
registra, cómo salvaguardando intereses de los “barones del azúcar”, los
apristas, representados por el senador Julio de la Piedra, se opusieron y
tergiversaron el proyecto de Belaunde de ley de reforma agraria; también se
opusieron sistemáticamente a la solución del problema de la Brea y Pariñas
(Talara) y censuraron a cerca de una docena de ministros y varios gabinetes, lo
que condujo a la crisis política aprovechada por los cuarteles en 1968.
Deben comportarse, los apristas, de acuerdo con las
enseñanzas de Haya de la Torre, que le dio al país la Constitución de 1979, la
misma que han traicionado, como cuando en nombre de la inversión debilitaron
los mecanismos de control para los negocios del Estado, ahora queda claro que
fue con la intención de “curarse en salud”
Amigos; comparto con ustedes la carta remitida al Diario La República, publicada hoy 11 de abril. Por si gustan, el link es el siguiente: http://www.larepublica.pe/11-04-2013/cartas-11-04-2013